EL SEÑOR OS HA ESPERADO AQUÍ EN ESTA MONTAÑA

Giovanni Paolo II, 24/03/2000

Noticias del Seminario 06/14

En este tiempo hemos vivido acontecimientos inolvidables, que son difíciles de resumir, pero que ahora citaremos por orden cronológico para que también vosotros, que en estos años nos habéis sostenido, seáis partícipes de nuestra misión en Tierra Santa y de los prodigios que, a pesar de que no seamos dignos, Dios está realizando entre nosotros:

–       La alegría de la Vigilia Pascual, con toda su riqueza litúrgica y los cincuenta días de Pascua, que todavía estamos viviendo.

–       La convivencia en la Domus Galilaeae con los iniciadores del Camino Neocatecumenal, en la que han participado cinco cardenales, ciento cuarenta obispos, trescientos vicarios episcopales y muchos itinerantes del Camino, provenientes de todas las partes de mundo.

–       La Celebración Eucarística en la que uno de los seminaristas recibió la Admissio ad Ordines, dos fueron instituidos lectores y otros dos acólitos.

–       La Divina Liturgia en rito greco-católico, en la que dos seminaristas de este rito fueron ordenados lectores, y un seminarista maronita fue ordenado cantor por su obispo.

–       La inmensa alegría de la visita del Papa Francisco, peregrino en Tierra Santa, al cual hemos acompañado en la Santa Eucaristía presidida por él en Aman (Jordania), y en un momento de oración en el Getsemaní, en Jerusalén. Después de la Santa Eucaristía en Aman, hemos tenido el privilegio de esperar al Santo Padre bajo la casa de la nunciatura apostólica, donde residía. Lo hemos acogido con cantos y P. Rino nos ha presentado mientras que el Papa estaba asomado en el balcón después de haber cenado. Le hemos cantado una serenata al Papa Francisco. Éramos seiscientos hermanos del Camino provenientes de Egipto, Jordania, Líbano, Israel, Palestina, Iraq y Dubái, acompañados por los itinerantes responsables del Camino en estas naciones y de los dos seminarios de Medio Oriente: El Seminario Redemptoris Mater inter-ritual de Beirut (Líbano), con sus formadores y con los presbíteros formados en él, y nuestro Seminario de Galilea. ¡Qué maravilla! ¡Qué comunión! ¡El Papa Francisco, después de la presentación de P. Rino nos dio la bendición y también las buenas noches!

Nos gustaría terminar con las palabras que el Santo Padre Francisco no ha dirigido en el Getsemaní: «¡Vosotros, queridos hermanos y hermanas, estáis llamados a seguir al Señor con alegría en esta Tierra bendita! Es un don y también una responsabilidad. Vuestra presencia aquí es muy importante; toda la Iglesia os está agradecida y os sostiene con la oración».

¡Rezad por nosotros! ¡El Espíritu del Señor y su paz llenen siempre vuestro corazones!

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