El 14 de mayo de 2019, en la Iglesia de los Doce Apóstoles y de los Setenta y dos discípulos de la Domus Galilaeae, sobre el Monte de las Bienaventuranzas, se ha celebrado la Santa Eucaristía en la que fueron instituidos como Lectores los seminaristas del Redemptoris Mater de Galilea, Giovanni Comin, Roman Savluk, Paolo Sepich y Samuel Tobar y como Acólito, Mateo Álvarez Serna.
Presidió la ceremonia el Rv. P. Hanna Kildani, Vicario Patriarcal en Israel, acompañado por los formadores del Seminario Redemptoris Mater, el Rector de la Domus Galilaeae y un grupo de sacerdotes residentes en la misma. Participaron también los seminaristas de dicho seminario, los hermanos y hermanas que desarrollan en él su misión así como miembros de las comunidades neocatecumenales de Galilea en las que hacen el Camino los seminaristas.
Don Rino Rossi, director de la Domus, ha acogido a los participantes expresando su gratitud al Señor por los frutos que el Espíritu Santo da a este Seminario, subrayando, al mismo tiempo, el solícito cuidado de los formadores. Ha recordado también la próxima ordenación presbiteral de Javier Martínez Alcalá que tendrá lugar el próximo 23 de junio. Don Francesco Voltaggio, Rector del Seminario, presentó al Vicario Patriarcal P. Hanna Kildani a todos los asistentes, a quienes invitó a una viva participación.
La celebración comenzó en un clima de fiesta pascual subrayada por algunos signos litúrgicos, como la aspersión con agua bendita de los presentes en recuerdo de nuestro Bautismo. Se proclamaron las lecturas de la fiesta de san Matías Apóstol, finalizado el Evangelio, el diácono ha llamado oficialmente a los candidatos a los distintos ministerios; cada uno ha respondido: “¡Presente!”. El P. Hanna, en su homilía, ha subrayado la coincidencia de la celebración de estos ministerios con el día de san Matías, Apóstol. Comentando las lecturas del día (Hch 1, 15-17. 20-26 y Jn 15, 9-7), ha subrayado la correlación existente entre la elección humana del Apóstol Matías con aquella divina: toda llamada auténtica, de hecho, manifiesta, a través de la voluntad humana, la Sabiduría que viene del Espíritu Santo.
El Vicario ha felicitado, de modo particular, a los concelebrantes por la atención dedicada a la liturgia, afirmando que esta atención es fruto del amor profundo a la voluntad de Dios de cada uno de los participantes.
Dirigiéndose a los postulantes al ministerio del lectorado ha afirmado que ellos son llamados a anunciar la Palabra de Dios a toda criatura, primera tarea de la Iglesia en la cual, de modo especial, son invitados a participar. La Palabra proclamada debe ser fruto de una constante meditación y testimonio vivido en la realidad de la vida cotidiana: sólo de esta manera puede tener algo de creíble, de verdadera, para aquél que la escucha. Después, dirigiéndose al acólito, llamado a colaborar en el servicio del altar, el P. Hanna ha afirmado que el pan y el vino del Sacrificio Eucarístico son el signo concreto del amor de Dios por los hombres y de la comunión entre todos: por esto el ministerio a él confiado es de central importancia en la litúrgia.
Después de la homilía, los candidatos al Lectorado se han arrodillado delante de Vicario el cual les ha confiado el libro de la Sagrada Escritura diciendo: “Recibe el libro de las Saradas Escrituras y transmite fielmente la Palabra de Dios para que crezca y fructifique en el corazón de los hombres”. Al acólito, el celebrante, le ha entregado el pan y el vino pronunciando las palabras: “Recibe la patena con el pan y el vino para la celebración de la Eucaristía y que tu vida sea digna del servicio a la mesa del Señor y de la Iglesia”.
La celeración se llevó a cabo con una profunda participación de los presentes y fué coronada con un canto de acción de gracias a la Bienaventurada Virgen María. Un festivo y rico ágape, preparado por las comunidades neocatecumenales de los seminaristas y de las hermanas en misión, concluyó la fiesta.
Augusta Fiore